Los derechos humanos han sido creados para que, indistintamente en el país donde se encuentre, éste lleve consigo unos derechos inalienables. Sea cual sea el gobierno que rija el país donde una persona viva, esta tiene derecho a sean respetados sus derechos básicos, por tanto, la legislación de cada país se construye a raíz de esos principios básicos de los que habla la “Declaración de los Derechos Humanos”.
Con los animales no ocurre lo mismo, los animales no tienen una legislación completa y específica. Si bien existen algunas leyes que tratan de regular la convivencia del hombre con el resto de las especies, éstas no impiden que se sigan cometiendo atrocidades. Por ejemplo, en España han habido casos de sentencias firmes contra personas que deliberadamente han agredido a sus mascotas.
Esto ya es un progreso y por muy poco que nos parezca hay que aplaudirlo. Pero precisamente por que no hay una legislación bien estructurada hay muchos tipos de maltrato que no se dictaminan. Ningún animal tiene la obligación de vivir atado a una correa indefinidamente bajo la subordinación de un ser humano que en vez de comprar una alarma, usa a un perro.
Este tipo de cosas nos las comtempla la lesgislación en la mayoría de los casos, por no decir en todos, y en consecuencia los animales siguen estando igual de desprotegidos. Si bien hay que admirar el trabajo que unos pocos han venido haciendo a lo largo de la historia a favor de estos derechos animales, su trabajo ha sido muy lento y costoso por la escasa minoría que comparte esos ideales. Quizás con un poco de ayuda y si todos aportamos nuestro granito de arena, compartiendo esta ideología y denunciando a aquellos que no la respetan, podremos lograr que un día haya una “Declaración de los Derechos Animales”